La paridad local cerró la semana levemente por debajo de los $909 por dólar, lo que significó una caída semanal cercana a los $30. Ello fue consecuencia del debilitamiento generalizado del dólar, la menor volatilidad en los mercados financieros internacionales y el repunte en el precio del cobre. Si bien es probable que la presión bajista se intensifique en el corto plazo, pudiendo incluso romper la parte inferior del rango de fluctuación que estimamos ($905-$945), la consolidación de dicha tendencia dependerá de las próximas decisiones de política monetaria. En particular, si, tal como pensamos, el BC recorta en 25 pb la TPM el 3 de septiembre (el mercado Swap espera una mantención) y posteriormente la FED reduce su tasa en magnitud similar (el mercado le asigna un 40% de probabilidad a una baja de 50 pb), ello tiene el potencial de revertir al menos parte de la reciente caída.
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