El Banco Central de China se embarcó en una de las campañas de estímulo más agresivas de los últimos años.

El PBoC anunció al inicio de la semana pasada una serie de medidas con el objeto de impulsar a la economía. Ello, en medio de una creciente preocupación de que el objetivo oficial de un crecimiento del 5,0% podría estar fuera del alcance tras las débiles cifras recientes. Entre los anuncios del PBoC, destacamos:

  • Recorte de 50 pb la tasa de requerimiento de reservas obligatorias para los bancos comerciales, lo que liberará más recursos de las instituciones para prestar (se estima cerca de US$143 billones).
  • Además, se reducirá en 20pb la tasa denominada reverse repo a siete días hasta un 1,5%, con el objetivo de reducir los costos de endeudamiento a corto plazo para los bancos.
  • Reducción de 30pb en la tasa de interés aplicada sobre la facilidad de préstamo a mediano plazo.
  • El gobernador del PBoC señaló que las tasas de los créditos hipotecarios se reducirían en 50pb, lo que afectaría a un stock total de más de US$5 trillones.
  • Se flexibilizarían las condiciones para la compra de segundas viviendas.
  • Se anunció un fondo por RMB$500 billones (US$71 billones) de medidas de liquidez para apoyar al mercado accionario. Las autoridades indicaron también que están estudiando la creación de un fondo de estabilización bursátil.

La mayoría de estas medidas entró en vigor el viernes de la presente semana. Si bien el anuncio fue aplaudido por los inversionistas y ha motivado un frenesí en los mercados financieros, a nuestro juicio, el impacto macro de las medidas será acotado. Ello, debido a que los problemas que enfrenta la economía China son de carácter estructural, por lo que, si hay algún impacto, este sería transitorio. Además, pensamos que es altamente probable que la economía se encuentra sumergida en una trampa de liquidez. Ello, significa que tanto consumidores como inversionistas no están dispuestos a tomar más crédito en un contexto de alto apalancamiento y confianza deprimida.