Los rebeldes hutíes han continuado escalando sus ataques en el Mar Rojo, lanzado repetidamente drones y misiles en contra del transporte comercial que transita el Mar Rojo, afectando significativamente las operaciones de comercio marítimo. Como consecuencia de la severidad de los ataques, el volumen del tráfico a través del Canal de Suez ha continuado deteriorándose, pasando de un promedio diario algo superior a 5 millones de toneladas métricas a fines de 2023 a menos de 2 millones. Como contraparte de ello, las empresas se han visto obligadas a mover su carga por el Cabo de Buena Esperanza. Por su parte, aún cuando la situación en el Canal de Panamá ha mejorado, el uso de su capacidad sigue estando muy por debajo de lo normal. Lo anterior ha provocado severas disrupciones en las cadenas de suministros a nivel global.
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