ESTADOS UNIDOS

Las condiciones del mercado laboral han continuado mejorando. Sin embargo, aún hay un largo camino para una plena recuperación.

La última encuesta Job Openings and Labor Turnover Survey (JOLTS) correspondiente al mes de enero de 2021 mostró que el ritmo de apertura de nuevos empleos llegó en dicho período a 6,92 millones, cifra superior a la esperada y por encima del dato del mes previo. Adicionalmente, la cifra anotó su mejor registro desde marzo último, aunque aún no recupera los niveles registrados antes del inicio de la pandemia. A nivel sectorial, se apreció un aumento de las vacantes en los servicios de educación, las actividades manufactureras, el sector de la construcción, el comercio y los servicios empresariales. Por su parte, las solicitudes de seguros de desempleo alcanzaron a 712 mil aplicaciones en la semana terminada el 6 de marzo, cifra que fue la más baja desde el shock provocado por la crisis sanitaria. Sin perjuicio de ello, aún se sitúa muy por encima de los niveles previos al inicio de la crisis. Si bien las cifras anteriores dan cuenta de una mejoría en el mercado laboral, confirman que las condiciones siguen siendo frágiles.

Gráfico N° 4: Apertura de Nuevos Empleos

(Miles)

La riqueza de los hogares alcanzó su nivel histórico más alto.

La riqueza neta de los hogares aumentó en US$6,9 trillones en los últimos tres meses de 2020, llegando a US$130,2 trillones, cifra que representó su máximo histórico. El mencionado aumento fue principalmente consecuencia de un alza de US$4,9 trillones en el valor de las acciones y un aumento de US$915 billones en la valorización de las propiedades. A ello se sumó el incremento en el ahorro de los hogares. Lo anterior da cuenta de una mejoría sustancial en el balance de los hogares y asegura un gran poder de gasto de las familias. A ello se sumará en el corto plazo el impulso proveniente de las transferencias contenidas en el paquete de estímulo fiscal recién aprobado.

El Congreso finalmente aprobó el paquete de estímulo fiscal.

El paquete de estímulo fiscal, que el fin de semana pasado fue aprobado por el Senado, pasó con éxito su trámite en la Cámara de Representantes, autorizando el desembolso de cerca de US$1,9 trillones. El componente central del paquete es la transferencia de cheques de estímulo por hasta US$1.400 que recibirán el 90% de los ciudadanos. Adicionalmente, considera un pago semanal de US$ 300 para quienes califiquen al seguro de desempleo (que se extiende hasta septiembre) e incluyen US$350 billones de apoyo a los gobiernos estatales y locales.

El paquete de estímulo aprobado acelerará de forma significativa la velocidad de recuperación de la economía, al punto que hemos revisado nuevamente al alza nuestra proyección de crecimiento para el presente año, desde un 5,5% a un 6,3%. Sin embargo, ello tendrá como contraparte un marcado deterioro en las cuentas fiscales. Así, se estima que el déficit podría superar el 15% en el año fiscal 2021, algo por sobre el dato efectivo del año fiscal 2020. Con ello, la deuda federal podría superar el 110% del PIB hacia fines de 2021.

En tanto, la inflación podría convertirse en otro impacto no deseado del paquete fiscal, considerando su magnitud y su diseño. Si bien dicho peligro existe, Janet Yellen, secretaria del Tesoro, descartó los temores señalando que el plan busca impulsar una recuperación más rápida del mercado laboral, así como abordar las grandes disparidades económicas. Yellen indicó también que la inflación antes de la pandemia era demasiado baja y que, si el plan resulta ser inflacionario, “…hay herramientas para lidiar con eso”.

Tras la aprobación del plan, la siguiente prioridad de la administración Biden es un paquete de inversión en infraestructura.

El senador demócrata Tom Carper, quien encabeza el comité de Medio Ambiente y Obras Públicas, señaló que la iniciativa de un paquete masivo de infraestructura podría convertirse en ley antes de fines de septiembre y que podría pasar a un comité clave del Senado a fines de mayo. Si bien aún no hay un monto definido, varios demócratas señalaron que podría ser de una magnitud mayor que el paquete recién aprobado.

La inflación de febrero menor a la esperada moderó los temores inflacionarios.

La variación mensual del IPC llegó a un 0,4% en el mes de febrero, una décima por sobre lo esperado. Sin embargo, dicha sorpresa fue mayormente consecuencia de un alza de casi un 4,0% en el componente de energía, dando cuenta del incremento en el precio del petróleo. En tanto, la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles como energía y alimentos, aumentó un 0,1%, por debajo de lo esperado por el mercado. Con ello, las respectivas tasas de variación anual quedaron en un 1,7% y un 1,3%, cifras inferiores a la meta de la FED. En lo inmediato, se espera una aceleración en las tasas anuales de inflación en los próximos tres meses, lo que sería consecuencia de una base de comparación baja tras las fuertes caídas en los precios al inicio de la crisis sanitaria

Gráfico N° 5: Inflación Anual

Las cuentas fiscales se deterioran a un ritmo alarmante.

En febrero, el saldo de las cuentas del gobierno federal registró un déficit de US$ 296 billones, por sobre la brecha deficitaria de US$224 billones de similar mes de 2020. Ello fue consecuencia de alzas de 32,1% tanto en los ingresos como en los gastos del sector público. Con el dato puntual de febrero, el saldo fiscal acumuló un déficit de US$3,55 trillones, su nivel histórico más alto.

Gráfico N° 6: Saldo Fiscal

(US$ billones; acumulado en 12 meses)

ZONA EURO

La actividad industrial repuntó más de lo esperado al inicio de año.

El indicador de actividad industrial de la Zona Euro registró un crecimiento mensual de 0,8% en enero de 2021, muy por sobre las expectativas del mercado. Con ello, el volumen de actividad alcanzó su nivel más alto en 11 meses y se ubicó sólo un 0,5% por debajo del registro previo al inicio de la crisis sanitaria. Ello confirma la dicotomía entre el buen ritmo de recuperación de la industrial y la débil recuperación del sector servicios.

Gráfico N° 7: Actividad Industrial

El Banco Central Europeo (BCE) dejó inalterados sus instrumentos monetarios, aunque se comprometió acelerar las compras de activos en el corto plazo.

En línea con lo esperado, el BCE dejó inalterada su tasa de política monetaria, así como mantuvo sin cambios la magnitud de su programa de compra de activos (PEPP) en €1.85 trillones hasta marzo de 2022. Sin embargo, el BCE advirtió que el ritmo de compras durante la primera parte del año fue menor a lo usual, motivo por el cual señaló que aceleraría su ritmo de compras durante el segundo trimestre. Ello, acotó, en base a la evaluación de las condiciones de financiamiento y las perspectivas de inflación. En particular, el BCE indicó que comprará activos de forma de evitar un endurecimiento de las condiciones de financiamiento, las que, de darse, serían incompatibles con mitigar el impacto de la pandemia en la trayectoria proyectada de la inflación.

En materia de actividad, la presidente del BCE, Christine Lagarde, señaló que el proceso de vacunación, en conjunto con la flexibilización gradual de las medidas de control sanitario, sustentan la expectativa de un firme repunte de la actividad económica en el transcurso de 2021, salvo que se produzcan nuevos desarrollos adversos relacionados con la pandemia. En línea con ello, el staff del BCE estimó para el presente año un crecimiento de 4,0% y de 4,2% el 2022, en ambos casos una décima por sobre su estimación de diciembre. Lagarde indicó que los riesgos que rodean a las perspectivas de crecimiento se han equilibrado. En relación con los precios, el BCE estimó una inflación de 1,5% el 2021 y de 1,2% el 2022, por debajo de la meta.