La contundente victoria del Rechazo en el plebiscito del domingo 4 elimina el peligro más extremo contenido en el proyecto de la nueva Constitución. Sin embargo, advertimos que continúan existiendo múltiples factores de incertidumbre que generan un elevado nivel de riesgo. 

De acuerdo con la información del Servel, a partir de 38.754 mesas escrutadas (99,99% del total), la opción Rechazo obtuvo cerca del 62% de las preferencias, lo que implicó una brecha cercana a 24% respecto a la opción Apruebo, ampliamente por sobre lo sugerido por las múltiples encuestas publicadas previas al plebiscito. 

En línea con lo señalado en nuestros informes semanales, dicho resultado provocó una caída en el premio por riesgo político, lo que redundó en alzas generalizadas en los precios de los activos financieros locales. En particular, el peso se fortaleció en relación con el dólar, situándose en la vecindad de los $863, mientras que el IPSA acumula en lo que va del día un alza superior al 3,0%, bordeando los 5.800pts. 

Sin embargo, y sin perjuicio del hecho que la victoria del Rechazo virtualmente eliminó los riesgos más extremos, notamos el hecho que hacia delante persisten grandes desafíos, mientras identificamos múltiples factores de incertidumbre. Respecto a ello, destacamos: 

  1. Reencauzamiento del proceso constituyente:
    1. ¿Cuánto demora el acuerdo?
    1. ¿Qué tan transversal es el acuerdo?
    1. ¿Cuáles son las características del nuevo proceso?
  • Reacción del gobierno:
    • Orientación del nuevo gabinete
    • Encausamiento de las reformas económicas
      • Reforma tributaria
      • Reforma de pensiones
      • Reformas laborales
    • Reacción frente a la violencia política, especialmente el terrorismo en la Araucanía
  • Escenario internacional:
    • Recesión global
    • Precio del cobre más bajo
    • Aumento del riesgo soberano de las economías emergentes
  • Escenario macro local:
    • Recesión inminente
    • Deterioro del mercado laboral 
    • Alta inflación
    • Alto déficit fiscal
    • Elevado déficit en cuenta corriente

Dado lo anterior, si bien la reacción positiva en los precios de los activos financieros locales es razonable, pensamos necesario ser cauteloso frente a reacciones muy exageradas. Así, caídas de la paridad por debajo de los $850 y alzas del IPSA por sobre los 5.900pts estimamos darían cuenta de una dosis de sobre reacción.

La inflación superó las expectativas del mercado recordando al mercado que la situación inflacionaria sigue siendo compleja.

En agosto, la variación mensual del IPC llegó a un 1,2%, ligeramente por sobre nuestra estimación (1,13%) y por encima de las estimaciones del mercado (los forwards de inflación para agosto estaban en un 0,86% antes de la publicación). De acuerdo con lo mencionado en el informe del INE, todas las divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron alzas, destacando alimentos y bebidas no alcohólicas (2,0%) y transporte (1,6%), con una incidencia conjunta de 0,66pp sobre la variación mensual del IPC. Por su parte, a nivel de las principales agrupaciones, si bien buena parte de la sorpresa inflacionaria estuvo explicada por el componente de volátiles, especialmente alimentos y energía, se aprecian también cifras altas en las medidas subyacentes. Así, el IPC sin volátiles registró un alza mensual de 0,9% en agosto, similar al mes previo, destacando el alza de 1,1% en el segmento de bienes, impulsado principalmente por el traspaso rezagado de la depreciación del peso. En tanto, el segmento de servicios no volátiles llegó a un 0,7% en agosto, una décima por encima del dato del mes previo, resultado que da cuenta, a nuestro juicio, del hecho que la demanda se mantiene por sobre su tendencia de mediano plazo, especialmente por el lado del consumo privado.

Con el dato puntual de agosto, la tasa de inflación en términos anuales llegó a un 14,1%, anotando con ello su nivel más alto desde 1992, mientras que, en la misma métrica, se aprecian aceleraciones de las distintas medidas de inflación subyacente, tanto del IPCSAE como del IPC Sin volátiles. A partir de ello, estimamos que la inflación anual cerrará el 2022 en un 13,2%, mientras proyectamos inflaciones mensuales de 1,12% y 0,85% para los meses de septiembre y octubre, respectivamente.

Gráfico N° 9: Inflación Anual

El Banco Central decretó un alza de 100pb en la tasa de política monetaria, sugiriendo que el ciclo alcista estaría cerca de llegar a su fin.

El Consejo del BC decidió incrementar la tasa de política monetaria en 100pb, llevándola a un 10,75%, alza que fue mayor a nuestra estimación y a la del mercado. En el comunicado adjunto a la decisión, el BC señaló, respecto al ámbito externo, que la inflación mundial ha continuado aumentando, mientras que los principales bancos centrales han seguido elevando sus tasas de referencia. En relación con esto último, el BC destacó la postura más contractiva de la FED. En este contexto, las perspectivas de crecimiento global se han deteriorado. Como consecuencia de lo anterior, los mercados financieros globales han seguido mostrando una elevada volatilidad.

En relación con el mercado local, el BC indicó que, desde el anuncio de la intervención en el mercado cambiario, las tensiones han disminuido, lo cual ha quedado reflejado en la menor volatilidad y en la apreciación del peso. 

En materia de actividad, el BC indicó que la economía ha continuado con su proceso de ajuste tras los fuertes desequilibrios acumulados en el 2021. Además, destacó la tendencia declinante de la actividad, impulsada por un debilitamiento del consumo y de la inversión. En tanto, el BC destacó el menor ritmo de creación de empleo, la fuerte caída en los salarios reales y los bajos niveles en los indicadores de confianza. En materia de precios, el BC destacó que la inflación ha continuado acelerándose, mientras que las expectativas de inflación se han ajustado al alza.

Finalmente, el BC indicó que, tras la decisión del martes 6, la TPM se sitúa en torno al nivel máximo que considera el escenario central del IPoM de septiembre, acotando que los próximos movimientos dependerán de la evolución del escenario macro y sus implicancias para la convergencia de la inflación a la meta. Además, señaló que se mantendrá atento a los riesgos al alza para la inflación, tanto por su alto nivel como el ajuste alcista en las expectativas.

El Banco Central (BC) publicó su informe trimestral, reconociendo el deterioro en las perspectivas de crecimiento y en la situación inflacionaria.

El BC publicó a mediados de la semana su Informe de Política Monetaria (IPoM) correspondiente a septiembre de 2022, documento que tiene el objetivo de dar a conocer al mercado su visión respecto a la evolución de la economía, sus perspectivas y sus implicancias para la política monetaria. En concreto, las conclusiones más importantes del IPoM son las siguientes:

  • La inflación ha continuado aumentando, destacando el aporte de alimentos, energía y servicios subyacentes.
  • Las expectativas de inflación se han incrementado, afectando la persistencia inflacionaria.
  • Ello se da en un contexto en que el ajuste de la economía ha continuado avanzando, proceso que se aprecia especialmente en el consumo de los hogares concentrado en durables. En tanto, se aprecia una mayor acumulación de inventarios.
  • El ajuste del consumo privado da cuenta del agotamiento de la liquidez acumulada y la debilidad que muestran sus fundamentos, incluyendo la caída en el poder adquisitivo y el menor dinamismo en el mercado laboral.
  • Por su parte, la inversión ha continuado reduciéndose, reflejando condiciones financieras menos favorables, menor confianza, un tipo de cambio real más elevado y una alta incertidumbre.
  • En el ámbito externo, el BC advirtió que las perspectivas de crecimiento se han debilitado y se ha incrementado el riesgo de una recesión global. Por su parte, los precios de las materias primas han disminuido y los problemas en las cadenas de suministros se han ido moderando.
  • En relación con el mercado financiero nacional, el BC notó la mayor volatilidad en el tipo de cambio, las tasas de interés y el premio por riesgo. En particular, la alta volatilidad del tipo de cambio provocó distorsiones en el funcionamiento de los mercados y llevó al BC a anunciar un programa de intervención.
  • Hacia delante, el BC revisó al alza sus proyecciones de inflación, estimando que la tasa anual llegará a un 12,0% en diciembre de 2022, a un 3,3% a fines de 2023 y retornará a un 3,0% dentro del plazo de dos años. La inflación subyacente disminuirá más lentamente, por la mayor persistencia.
  • En actividad, el BC estima que la economía tendrá variaciones negativas por varios trimestres, para luego retornar a tasas de crecimiento más sostenibles.
  • Para este año y el próximo, la proyección del BC considera una moderación importante del gasto en bienes transables, uno de los principales motores del excesivo crecimiento en 2021. El consumo seguirá ajustándose, mientras se anticipa un débil desempeño de la inversión.
  • Con todo, el BC estima un rango de crecimiento de entre 1,75%/2,25% el 2022 y de una contracción en el 2023 en el rango de -0,5%/-1,5%.
  • Respecto a la evolución de la TPM, el BC indicó que los próximos movimientos la tasa dependerán de la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia de la inflación a la meta, mientras acota que estarán especialmente atentos a los riesgos al alza para la inflación, tanto por el elevado nivel que ésta ha alcanzado como por el hecho de que las expectativas a dos años plazo siguen por sobre 3%.
  • Con el alza de 100pb, el BC señaló que la tasa se sitúa en torno al nivel máximo que considera el escenario central del IPoM de septiembre, aunque reconoce un conjunto de escenarios que pueden requerir una acción de política monetaria algo distinta.

Dejando en evidencia los mayores riesgos inflacionarios, la presidente del BC, Rossana Costa, señaló que a medida que aumenta la inflación las expectativas se van ajustando al alza, ya que se empieza a considerar como un fenómeno más permanente, lo que podría aumentar la persistencia de la inflación. Costa notó que ello es relevante para la política monetaria, debido a lo cual se presenta en IPoM como un riesgo importante.