ECONOMÍA CHILENA

El desempeño de los principales sectores económicos en noviembre fue mixto. Sin perjuicio de ello, el balance neto fue positivo.

El indicador de producción manufacturera registró en el mes de noviembre un crecimiento anual de 5,0%, resultado explicado en gran medida por el alza de 16,1% en la fabricación de sustancias y productos químicos (mayor disponibilidad de materia prima y mayor demanda). A ello se sumó la contribución de elaboración de bebidas alcohólicas y no alcohólicas y la fabricación de papel y de productos de papel. En contraste, la principal incidencia negativa provino de la fabricación de coque y productos de la refinación de petróleo. En términos secuenciales, el índice corregido por factores estacionales se contrajo en noviembre un 0,5% en relación con el mes previo. Ello, a nuestro juicio, podría estar reflejando la normalización de la producción tras el fuerte avance de los meses previos con el fin de reponer inventarios.

Gráfico N° 9: Producción Manufacturera

Por su parte, la producción minera se contrajo un 0,6% en términos anuales y un 0,5% en términos secuenciales (m/m). Con ello, las distintas medidas de tendencia muestran un virtual estancamiento de la actividad sectorial en los últimos 6 años. En el margen, el débil desempeño fue consecuencia de un menor tratamiento y una baja ley de mineral. En tanto, la producción de electricidad gas y agua se contrajo en noviembre (m/m), mientras que el indicador de ventas del comercio minorista retrocedió levemente en términos secuenciales. Ello probablemente dando cuenta del hecho que el impacto asociado al tercer retiro de fondos previsionales está comenzando a disiparse.

Gráfico N° 10: Comercio Minorista

En todo caso, la nota positiva provino del desempeño de las actividades de servicios, especialmente de aquellas que fueron fuertemente golpeadas durante los períodos más álgidos de la crisis sanitaria. Dicha tendencia probablemente continuará en el corto plazo a medida que las actividades se normalizan y se extiende la recomposición del gasto desde bienes a servicios.

El empleo repunta, pero aún es insuficiente.

En el trimestre terminado en noviembre la tasa de desempleo cayó 6 décimas respecto al trimestre móvil anterior, quedando en un 7,5%, alcanzando con ello su nivel más bajo desde principios de 2020. En tanto, la economía generó 63 mil puestos de trabajo en los tres meses terminados en noviembre, con lo cual el número de ocupados alcanzó su mejor nivel desde marzo del 2020. Sin embargo, dicho nivel aún se sitúa 560 mil empleos por debajo de su nivel previo al inicio de la crisis sanitaria y poco menos de 860 mil empleos por debajo de la cifra que considera además el crecimiento tendencial del empleo desde 2019. Por su parte, sigue siendo sorprendente la lentitud con la cual se recupera la fuerza de trabajo, la cual, en términos de niveles, se encuentra 520 mil personas por debajo del máximo observado antes del inicio de la pandemia. Ello responde a desafíos en el cuidado infantil, temor a contagio y el incentivo perverso asociado a las masivas transferencias recibidas por los hogares.  Por su parte, las cifras muestran que desde julio de 2020 se recuperaron cerca de 1,5 millones de empleo, de los cuales el 56% corresponden al segmento informal. Finalmente, la tasa de desempleo en su medida más amplia, incluyendo la categoría de inactivos potencialmente activos, llegó a un 15,7% en los tres meses terminados en noviembre.

Gráfico N° 11: Empleo (miles)

La economía se expandió con más fuerza de lo esperado durante el mes de noviembre. Sin embargo, las perspectivas para el 2022 son débiles.

En noviembre, el IMACEC registró un crecimiento anual de 14,3%, cifra que superó nuestra proyección y la del mercado, confirmando el sólido repunte de la actividad. Ello siguió dando cuenta del impacto expansivo asociado a la mayor apertura de la economía, las medidas de apoyo a los hogares, los retiros parciales de los fondos previsionales y por la menor base de comparación. En términos de niveles corregidos por factores estacionales, el IMACEC aumentó un 0,3% en relación con el mes previo, destacando el desempeño de las actividades de servicios, en particular de educación y salud y, en menor medida, los servicios empresariales, los restaurantes y hoteles y el transporte. Dicho desempeño más que compensó el debilitamiento de la industria, el comercio, minería y el componente resto de bienes.

 A partir de las cifras publicadas, estimamos un crecimiento de la economía de 12,0% para el 2021. En tanto, para el 2022 mantenemos inalterada nuestra proyección de crecimiento del PIB de sólo un 0,5%, aunque advertimos que el desempeño de la economía dependerá críticamente de la dirección de las políticas y reformas que implemente el nuevo gobierno.

Gráfico N° 12: IMACEC

Las presiones inflacionarias continúan intensificándose.

La variación mensual del IPC en diciembre llegó a un 0,8%, superando ampliamente nuestra proyección y la del mercado (ambas en 0,5%). Con ello, la inflación anual alcanzó a un 7,2%, la más alta desde 2007.

En este contexto, el BC podría llevar su tasa rectora más allá del 6,5% contemplado en nuestra actual proyección, generando un nuevo impulso alcista en las tasas base y en las tasas bancarias. Ello, a su vez, intensificaría la presión contractiva sobre la actividad económica a lo largo del presente año.

Otro efecto contractivo sobre la actividad económica de 2022 asociado a la aceleración inflacionaria correspnde a la caída en los salarios reales. De esta forma, la variación real anual del índice de remuneraciones llegó a un -0,9%, evidenciando una significativa pérdida de poder adquisitivo que impactará negativamente en el consumo privado a lo largo del presente año.

La lista de navidad de la CUT.

La CUT plantea consagrar en la nueva Constitución un conjunto de normas que rigidizarían el mercado laboral, encareciendo el factor trabajo y dañando en forma permanente la creación de empleo. Entre las disposiciones solicitadas están: negociación ramal; reducción de la jornada laboral; titularidad sindical; huelga sin reemplazos; fin de la categoría de “empresas estratégicas”.