Economías emergentes en expansión

CHINA

Los indicadores del comercio exterior se expandieron con mayor fuerza de lo esperado, siendo nueva evidencia de un repunte en el crecimiento. El valor de las exportaciones registró en el mes de septiembre un crecimiento anual de 9,9%, cifra alineada con las expectativas y algo mejor que el avance de 9,5% del mes previo. Este dinamismo sugiere que las firmas exportadoras se están recuperando a medida que se reabre la economía mundial. Por su parte, las importaciones se expandieron a un ritmo anual de 13,2%, muy por sobre lo esperado y superando con creces la caída de 2,1% de agosto. El repunte en las importaciones es evidencia de una recuperación en la demanda interna.

BRASIL

La recuperación económica sigue su curso.
El indicador mensual de actividad económica denominado IBC-BR, proxy mensual del PIB, registró en el mes de agosto un crecimiento mensual de 1,1%, resultado que fue inferior al esperado el mercado. Sin embargo, ello fue consecuencia de una revisión alcista de las cifras del bimestre junio – julio. De este modo, en términos anuales, dicho indicador se contrajo un 3,9%, casi 1pt menos de caída que la esperada por el mercado. A nivel sectorial, las principales agrupaciones continuaron con su proceso de recuperación, aunque a velocidades distintas. En este sentido, cabe que destacar que el comercio minorista superó el nivel previo a la crisis sanitaria, mientras que la producción industrial se situó un 2,6% por debajo del nivel de febrero. En tanto, el sector servicios se ubica aún cerca de un 10% por debajo de los volúmenes de actividad antes del inicio de la pandemia. Hacia delante, las positivas señales de los indicadores líderes y encuestas de expectativas, sumado a la prolongación de varias medidas de apoyo fiscal, sugieren que la actividad continuará recuperándose en la última parte del año.

ARGENTINA

La inflación sigue siendo un gran dolor de cabeza.
La variación mensual del IPC llegó a un 2,8% en septiembre, levemente por sobre la cifra esperada, mientras que la medida subyacente avanzó en similar período un 2,3%. Con ello, las variaciones anuales quedaron respectivamente en un 36,6% y un 38,3%, sus menores registros desde agosto de 2018. Sin embargo, la moderación de la inflación, en buena medida, fue consecuencia de los mayores controles de precios, la mantención artificial del tipo de cambio oficial y tarifas reguladas. A nuestro juicio, ello sugiere que persisten importantes presiones a nivel subyacente.

Las reservas internacionales continuaron cayendo y no hay certeza de cuanto efectivo le queda al Banco Central.
Los inversionistas han estado monitoreando de cerca la evolución de las reservas internacionales, las cuales han experimentado una sistemática caída desde julio, llegando a bordear los US$41 billones, en su medida de reservas brutas. Sin embargo, los cálculos para la cantidad exacta de reservas netas líquidas varían desde US$ 2.000 millones negativos hasta un máximo de US$ 1.300 millones, dependiendo de que componentes de las reservas no se consideran. Sin perjuicio de ello, hay un consenso de que el nivel es preocupantemente bajo. Las recientes medidas implementadas por el gobierno (nuevos incentivos a las exportaciones y la emisión de bonos indexados al tipo de cambio) no fueron suficientes para contener la pérdida de reservas.
El origen de la caída de las reservas sigue siendo la monetización del déficit fiscal, la cual ejerce una presión sobre la moneda y sobre las reservas. El Presupuesto 2021 presentado por el ministro Guzmán considera un incremento en el déficit estructural, exacerbando los efectos sobre el mercado cambiario y las reservas. En este contexto, a pesar de la voluntad del FMI de apoyar al país, el principal problema es el diagnóstico del gobierno. El gobierno tendrá que alcanzar un acuerdo con el FMI que contemple un cierto ritmo de ajustes fiscales y monetarios. La duda es la velocidad que acepte la actual coalición política. En algún momento será necesaria una combinación de una moneda más débil, tasas de interés más elevadas y una consolidación fiscal. Ello, para evitar una crisis más profunda.