El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó nuevamente al alza su proyección de crecimiento global.

El FMI presentó durante la presente semana su informe de Perspectivas Económicas Globales de abril de 2021, documento en el cual da cuenta de una nueva revisión alcista en su proyección de crecimiento mundial. En este sentido, el FMI espera que el PIB mundial se expanda un 6,0% en el presente ejercicio, desempeño seguido por un avance de 4,4% en el 2022. Dichas estimaciones son 0,8 y 0,2 puntos porcentuales más elevadas que sus estimaciones de octubre. El organismo argumentó para su revisión el mejor desempeño en la mayoría de las regiones durante la segunda mitad del año y la adaptación de las economías a las nuevas formas de trabajo. Adicionalmente, ello refleja el apoyo fiscal adicional en algunas economías grandes y el repunte anticipado en la segunda mitad del año resultante de los progresos en la campaña de vacunación. Desde una perspectiva más larga, el FMI espera que el crecimiento global converja en el mediano plazo a un 3,3%, considerando el daño provocado sobre la capacidad productiva y otras fuerzas anteriores a la pandemia, como el envejecimiento de la población y un crecimiento más lento de la fuerza de trabajo. Sin perjuicio de ello, desde la óptica de las contribuciones al crecimiento, el FMI estima que China aportará un poco más de un quinto del aumento total del PIB mundial, seguido por EE.UU. e India.

Gráfico N° 1: Crecimiento Mundial – FMI

Sin perjuicio de las mejores perspectivas, el FMI advirtió que la incertidumbre que rodea sus proyecciones sigue siendo elevada y proviene principalmente de la trayectoria de la crisis sanitaria, incluyendo si las nuevas variantes del virus resultan más resistentes a las vacunas, una prolongación de la pandemia, la eficacia de las acciones de política para limitar el daño económico, la evolución de las condiciones financieras y de las materias primas, así como de la capacidad de ajuste de las economías.

El FMI propone un impuesto transitorio a la riqueza y a las rentas más altas para apoyar la recuperación económica.

El organismo indicó que las autoridades podrían considerar un impuesto transitorio a la riqueza y a las rentas más altas. Ello, con el fin de financiar las necesidades relacionadas con la pandemia y la consiguiente crisis, la cual ha provocado un aumento generalizado de los niveles de déficit y de deuda. El organismo señaló que las desigualdades preexistentes han amplificado el impacto adverso de la pandemia y, a la vez, la pandemia ha agravado las desigualdades, convirtiéndose en un círculo vicioso de desigualdad que podría dar lugar a un quiebre social y político. El FMI destacó el hecho que el enorme apoyo fiscal desplegado por las autoridades ha evitado recesiones más graves y mayores pérdidas de empleo. Sin embargo, ello gatilló un aumento significativo de los déficits y de la deuda pública. En relación con ello, estimó que la media del déficit fiscal en el 2020 llegó a un 11,7% del PIB en las economías avanzadas, a un 9,8% en el mundo emergente y a un 5,5% en los países de bajos ingresos.

Toma fuerza la visión de una tasa de impuesto mínimo a las grandes corporaciones.

Los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20 reafirmaron su compromiso para alcanzar una solución global y basada en el consenso respecto a las tasas corporativas globales mínimas y como recaudar los fondos de las gigantes multinacionales. Dicha visión tomó más fuerza tras las nuevas propuestas de EE.UU., buscando alcanzar un consenso para mediados de año. La secretaria del Tesoro de EE.UU. Janet Yellen, presentó su propuesta para un impuesto global mínimo del 21%, cifra, en todo caso, mucho más alta que el 12,5% en discusión entre los países de la OECD.

El G-20 respalda la extensión del alivio de la deuda para los países más pobres hasta fin de año.

Los ministros de finanzas del G-20 apoyaron una extensión del alivio de la deuda para las naciones más pobres hasta fin de año, mientras respaldaron una iniciativa para reforzar los recursos financieros del FMI en US$650 billones. Ello, con el fin de apoyar a las economías más vulnerables a hacer frente a las consecuencias de la pandemia.