Los eventos recientes sobre el desarrollo de las vacunas han sido alentadores.  De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, hay cerca de 40 prototipos de múltiples laboratorios que se encuentran en fase de pruebas muy avanzadas. De estas, las vacunas de los laboratorios Moderna, Pfizer – BioNTech y AstraZeneca – U. de Oxford se encuentran en las etapas finales. De hecho, las dos primeras reportaron una eficacia superior al 95% para combatir el virus, mientras iniciaros los procedimientos para solicitar la autorización de emergencia que les permita partir con la producción y distribución de las vacunas. En la semana, el Reino Unido se convirtió en el primer país en aprobar la vacuna de Pfizer y BioNTech, aunque se espera que el corto plazo otros organismos regulatorios se muevan en la misma dirección. En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) entregará su decisión a partir del 10 de diciembre, mientras que la Agencia Europea del Medicamento (EMA), tiene previsto anunciar a fines de este mes.  Ello se da en un contexto en que el ritmo diario de contagios a escala global se aceleró a fines de la semana, superando los 690 mil casos, su nivel más alto desde el inicio de la crisis sanitaria. Ello, fue consecuencia de una aceleración en la velocidad de casos en EE.UU., los cuales explicaron algo más del 30% a nivel global con casi 218.000 contagios el jueves 3 de diciembre.

La OCDE recortó su proyección de crecimiento global para 2021 debido al impacto de la segunda ola de COVID19. En su informe económico de diciembre 2020, la OCDE señaló que bajo el supuesto de que los nuevos brotes de coronavirus se mantienen controlados y que las expectativas de una vacuna ampliamente disponible a fines de 2021 ayudan a reestablecer la confianza, la economía mundial debería recuperarse de forma gradual en los próximos dos años. Sin perjuicio de ello, el organismo indicó que los nuevos brotes y restricciones han debilitado la recuperación global y podría empeorar aún más si los gobiernos retiran su apoyo demasiado pronto. Así, el organismo estimó que luego de la caída de 4,2% el 2020 (antes -4,5%), el PIB mundial se expandiría un 4,2% el 2021 (antes 5,0%) y un 3,7% el 2022.  Con ello, recién hacia fines de 2021 el volumen de actividad global alcanzaría los niveles previos al inicio de la crisis sanitaria, apoyado por la fuerte recuperación en China. En todo caso, notó que el desempeño diferiría significativamente entre las principales economías y dependerá, en buena medida, de la efectividad en los sistemas de prueba, seguimiento y aislamiento. Las proyecciones de la OCDE darán paso a una gradual recuperación del empleo, mientras que la holgura persistente atenuará las presiones inflacionarias y salariales.  Sin perjuicio de lo anterior, la OCDE señaló que las perspectivas serán más alentadoras ante un progreso más rápido en el desarrollo y la distribución de una vacuna eficaz que permita reducir la incertidumbre. Adicionalmente, si a ello se suma un mayor ahorro precautorio. Frente a ello, la trayectoria de recuperación sería más robusta, especialmente en el 2022, con una recuperación más sostenida de la inversión y el gasto de los consumidores. En el lado negativo, la recuperación sería más lenta si los brotes del virus se intensificaran más ampliamente o si los desafíos para la distribución de la vacuna son mayores a lo esperado. Lo anterior implicaría un período prolongado de mayores restricciones para la contención de la propagación del virus, lo que debilitaría sustancialmente las perspectivas de crecimiento. Bajo este escenario, el nivel de producción recuperaría los previos a la crisis recién hacia fines de 2022.

Aún cuando el deterioro de la crisis sanitaria acentuó la incertidumbre de corto plazo, los indicadores líderes a nivel global siguen sugiriendo una prolongación de la recuperación. El PMI Compuesto Global llegó en su registro de noviembre a los 53,2pts, dos décimas por debajo del dato de octubre y por sobre el umbral de las 50 unidades. El reporte revela mejorías en Producción, Nuevas Órdenes y Empleo, mientras que el optimismo respecto a las condiciones de los negocios alcanzó su nivel más alto en seis años y medio. El crecimiento de la actividad estuvo impulsado por fuertes expansiones en EE. UU. y China, mientras se apreciaron alzas también en India, Brasil y Australia. En contraste, se registraron caídas en la Zona Euro, Japón, Reino Unido y Rusia. En tanto, a nivel sectorial, se observaron comportamientos dicotómicos, notando la nueva mejoría en el Sector Manufacturero (impulsado por EE.UU. y China) y el deterioro en el Sector Servicios, reflejando este último su mayor sensibilidad a las restricciones sanitarias.