Sorpresa deflacionaria en noviembre.  La variación mensual del IPC fue de un -0,13% durante noviembre, resultado muy inferior a nuestra proyección (0,26%) y a la del mercado (0,24%). A nivel de los componentes del índice, siete de las doce divisiones que conforman el IPC tuvieron una incidencia negativa, destacando vestuario y calzado (-4,9%) y vivienda y servicios básicos (-0,2%), con una incidencia conjunta de 0,19pp sobre la inflación mensual. En tanto, las distintas medidas subyacentes también estuvieron por debajo de lo esperado, mientras que la medida de transables cayó un 0,3%. La sorpresa deflacionaria podría estar sugiriendo que el impacto inflacionario asociado al primer retiro de los fondos previsionales se está disipando, sumado al impacto bajista de la caída en el tipo de cambio y a señales que sugieren una recuperación de inventarios. Sin embargo, considerando la aprobación del segundo retiro esperamos una aceleración de la inflación en diciembre y en la primera parte de 2021. Con ello, estimamos que la inflación anual finalizará el 2020 en un 2,9% y convergerá a un 3,3% a fines del próximo año. Esta última cifra supera en casi cuatro décimas la implícita en los forwards de inflación.  La sorpresa deflacionaria gatilló una recomposición de los portafolios de renta fija, lo cual redundó en alzas de las tasas de interés de los papeles indexados a la inflación. Sin embargo, dicho efecto sería transitorio y debería revertirse a medida que se valide el escenario de mayor inflación que prevemos para los próximos meses.

 El Banco Central dejó inalterada su tasa de política monetaria al igual que sus medidas no convencionales.  El Consejo del BCCh decidió mantener su tasa de política monetaria en un 0,5%, validando nuestras expectativas y las del mercado.  En el comunicado adjunto a la decisión el BCCh indicó, respecto al ámbito externo, que el proceso de recuperación global sigue su curso, aunque con diferencias entre países y sectores, destacando, en todo caso, el buen desempeño de China y la rápida recuperación del comercio internacional. Sin perjuicio de ello, advierte del peligro asociado al rebrote del virus, aunque destaca que la mayor focalización de las medidas sanitarias impuestas hace prever que los impactos en la movilidad y la economía serán menores que en el período más álgido de la crisis. Finalmente, resaltó el desempeño de los mercados financieros y los precios de los commodities como consecuencia de los progresos en el proceso de desarrollo, autorización y aplicación de vacunas.  En el ámbito interno, el BCCh notó la complejidad del proceso de recuperación en un contexto en que sectores relevantes mantienen un significativo rezago debido al distanciamiento social, destacando el efecto en la construcción, el transporte y buena parte de los servicios. En contraste, notó el repunte en el comercio y la industria manufacturera. En línea con lo anterior, el BCCh señaló que el mercado laboral da signos de mejoría, con la recuperación de cerca de un tercio de los empleos perdidos durante la pandemia y el aumento de los ingresos laborales reales. Respecto al retroceso en el desconfinamiento de la Región Metropolitana, el BCCh indicó que ello puede retrasar en algo esta recuperación, pero también puede reducir el riesgo de acciones más drásticas a futuro. En materia de precios, el BCCh indicó que más allá de las fluctuaciones de corto plazo, a mediano plazo las presiones inflacionarias siguen contenidas, prevaleciendo el cierre paulatino de la amplia brecha de actividad que se abrió en meses pasados.  Finalmente, respecto a la trayectoria futura de la política monetaria, el BCCh indicó que mantendrá un elevado impulso monetario por un período prolongado de tiempo. En especial, señaló que la TPM seguirá en su nivel mínimo durante gran parte del horizonte de política monetaria (2 años) y que las medidas no convencionales continuarán en aplicación.

Tras la aprobación del segundo retiro, el BCCh anunció un conjunto de medidas para mitigar el impacto.  Con el fin de asegurar una liquidación ordenada de activos por parte de las AFPs, y así preservar la estabilidad de los mercados financieros y la eficiencia del proceso de formación de precios, el BCCh anunció un conjunto de medidas, en particular:

  • Reapertura del programa especial de Compra al Contado y Venta a Plazo (CC-VP) por el remanente del primer programa, equivalente a un monto de hasta el equivalente a US$ 8.500 millones.
  • Reapertura del programa especial de compra de Depósitos a Plazo por el remanente del primer programa, equivalente a un monto de hasta el equivalente a US$ 7.750 millones.
  • A estos programas, se suma la ventanilla REPO con empresas bancarias, vigente desde noviembre 2019, a plazos entre 7 y 180 días, los que serán extendidos hasta el mes de mayo de 2021.

Comienza la implementación de un segundo retiro de fondos de pensiones.  A diferencia del caso anterior, en esta ocasión las personas con una renta imponible superior a $1,5 millones mensuales deberán tributar por el monto que retiren. Considerando ese hecho, estimamos que el monto total que saldrá del sistema bordeará los US$14.500 millones. Dado ese orden de magnitud y la evidencia entregada por el primer retiro, estimamos que habrá un efecto expansivo sobre el PIB en torno a 1,5 puntos porcentuales; un moderado efecto alcista sobre las tasas de interés, el que será mitigado por operaciones no convencionales del BC; un efecto bajista sobre el tipo de cambio, cercano a los $10 (las AFPs venderán entre US$4.000 y US$5.000 millones); y un impacto negativo sobre el mercado bursátil, que debería fluctuar en torno a 3 puntos porcentuales.