La economía se contrajo en febrero con algo más de fuerza que la estimada.
En febrero, el IMACEC registró una contracción anual de 2,2%, caída levemente mayor a nuestra estimación (-1,9%). La mencionada caída fue consecuencia de contracciones de 4,9% en el IMACEC minero y de 1,6% en el componente no minero del IMCEC. Esto último, a su vez, dio cuenta de comportamientos desiguales entre las principales agrupaciones. Así, el comercio se expandió un 8,0%, impulsado por el retiro de fondos previsionales, la industria manufacturera avanzó un 1,8%, mientras que, en contraste, el resto de los bienes cayó un 1,9% y la actividad de servicios se contrajo un 5,2%, dejando en evidencia la mayor sensibilidad de este sector a la crisis sanitaria y a las restricciones.

Sin embargo, es interesante notar que, a partir de cifras corregidas por factores estacionales, se aprecia un alza mensual de 0,9% en el período en relación con el mes anterior, confirmando que la recuperación económica sigue su lento avance. De hecho, el volumen de actividad de febrero supera ligeramente al previo al inicio de la pandemia. En términos secuenciales, las principales contribuciones provinieron de la industria y del sector servicios. A partir de la información reciente, y considerando el impacto negativo en el corto plazo asociado a la acentuación de las restricciones a la movilidad, dejamos inalterada nuestra proyección de crecimiento para el año completo en un 5,3%.
Gráfico N° 10: IMACEC

El consumo y la industria continuaron con su recuperación en febrero.
A nivel sectorial, destacamos el buen desempeño de los indicadores parciales del consumo privado. Respecto a ello, el indicador de actividad del comercio se expandió un 4,7% a/a durante el mes de febrero, destacando, a nivel de sus componentes, los elevados crecimientos de productos electrónicos y materiales para la construcción. Ello, dando aún cuenta del impacto expansivo asociado al segundo retiro de fondos previsionales. Por su parte, el índice de ventas del comercio minorista registró un crecimiento anual de 4,0% en febrero, impulsado por su componente durable. En tanto, en términos secuenciales, se apreció un alza de 2,6% en febrero, revirtiendo la caída registrada el mes previo.
Gráfico N° 11: Ventas del Comercio al Por Menor

Por su parte, el índice de producción manufacturera registró en el período una contracción anual de 0,6%, resultado explicado por las caídas en la elaboración de productos alimenticios y la fabricación de maquinaria y equipo. Sin perjuicio de lo anterior, en términos secuenciales, la actividad manufacturera experimentó una leve mejoría, alcanzando su volumen más alto en cuatro meses. Por último, la producción minera se contrajo un 6,2% en el segundo mes del año, aunque ello, en buena medida, fue consecuencia de una base de comparación más alta. Ello, considerando que el 2020 fue año bisiesto, por lo que febrero de ese año tuvo un día adicional de producción.
Gráfico N° 12: Actividad Manufacturera

El empleo sigue su lenta recuperación y la tasa de desempleo se mantiene en dos dígitos.
En el trimestre móvil terminado en febrero, la tasa de desempleo llegó a un 10,3%, cifra que superó en una décima la tasa del trimestre terminado en enero y se situó muy por sobre el nivel previo al inicio de la crisis sanitaria. Sin perjuicio de ello, las cifras revelan que el nivel de ocupación ha continuado en una senda de moderada recuperación. Así, a partir de cifras corregidas por factores estacionales, la economía generó cerca de 80 mil puestos de trabajo en el trimestre terminado en febrero en relación con los tres meses terminados en enero, acumulando con ello una creación de cerca de un millón de empleos desde el trimestre terminado en julio.
Gráfico N° 13: Nivel de Ocupación

A pesar de ello, el mercado laboral tiene aun un largo camino por recorrer para una plena recuperación. En este sentido, el nivel de ocupación aún se ubica muy por debajo de los valores observados antes del inicio de la crisis sanitaria. En este sentido, estimamos que recién hacia principios de 2022 se recuperaría el nivel de empleo previo al inicio de la pandemia. Por su parte, la tasa de desocupación en su definición más amplia (la que incluye a trabajadores subempleados en todas sus categorías), llegó a un 21,4%. Adicionalmente, más de la mitad del empleo creado desde julio provino de fuentes informales, lo que da cuenta de un deterioro en la composición del mercado laboral.
El Banco Central de Chile (BC) dejó inalterada su tasa rectora y no modificó sus medidas no convencionales.
En el comunicado adjunto a la decisión, el BC reconoció, en el ámbito externo, un panorama más favorable, destacando la mayor capacidad de adaptación de las economías y el impacto de los estímulos monetarios y fiscales. Adicionalmente, notó el aumento en los precios de las materias primas, incluyendo el cobre, y condiciones financieras que se mantienen benignas. Ello, a su vez, redundó en un aumento de las tasas de interés de largo plazo, avances en los mercados accionarios y una disminución de los premios por riesgo.
Por su parte, en el ámbito interno, el BC indicó que el desempeño reciente de la actividad fue algo mejor al previsto en el IPoM de diciembre, destacando el aporte del comercio y la industria, así como la mejoría en el mercado laboral. Sin embargo, advirtió que las mayores restricciones implementadas afectarán el desempeño de la economía en el corto plazo, aunque señaló que su efecto será menor al observado previamente. Con todo, el BC señaló que las perspectivas de crecimiento para el 2021 han aumentado respecto de lo previsto a fines del año pasado. En materia de precios, el BC señaló que, en lo reciente, la inflación estuvo influenciada por mayores precios de productos volátiles y la alta demanda que persiste sobre ciertos bienes. Ello, en un contexto en que la reposición de inventarios es aún desigual.
Por último, en relación con la trayectoria futura de la política monetaria, el Consejo del BCC considera que “si bien las perspectivas para la economía han mejorado, la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política requiere que la política monetaria siga siendo altamente expansiva”, acotando que la TPM se mantendrá en su nivel actual hasta “…que la recuperación se afiance y se vaya propagando a los componentes del gasto más rezagados, lo que aún tomará varios trimestres”.
El BC manifestó un mayor optimismo sobre las perspectivas de crecimiento y estima una aceleración transitoria de la inflación.
A mediados de la presente semana, el BC publicó el informe de política monetaria (IPoM) correspondiente a marzo 2021, documento que tiene por objeto dar conocer al mercado la visión del banco respecto al desempeño de la economía y sus perspectivas. De acuerdo con la visión del BC, las perspectivas de recuperación se han fortalecido, de la mano del proceso de vacunación, un entorno externo más favorable y la prolongación de políticas expansivas. Adicionalmente, destacó que muchas actividades han logrado adaptarse a las restricciones, mientras que las políticas públicas han desarrollado mecanismos para transferir ayudas oportunas a las familias más afectadas.
En este contexto, el IPoM muestra que, en su escenario central, la proyección de crecimiento para el 2021 aumentó a un rango de 6,0%-7,0%, medio porcentual por sobre su estimación anterior. En tanto, el rango para el 2022 se mantuvo en 3,0%-4,0%, mientras que para el 2023, se ubica en 2,5%-3,5%. De acuerdo con el BC, el escenario central considera:
- Prolongación del impulso externo, con términos de intercambio en torno a 10% superiores a lo previsto en diciembre y una economía mundial que tendrá una recuperación importante en el 2021.
- La política fiscal mantendrá un importante impulso en el 2021.
- El proceso de discusión constitucional seguirá los cauces institucionales previstos y que no se repetirán episodios graves de violencia.
- Anticipa una recuperación relevante del consumo, de la mano de la apertura de la economía y la alta disponibilidad de liquidez por parte de los hogares.
- Prevé también un dinamismo algo mayor de la inversión pública y aquella ligada a grandes proyectos mineros y energéticos.
En materia de precios, el BC estima que la inflación se acelerará de forma transitoria hasta cerca de un 4,0% en los próximos meses debido a los mayores precios de la energía y otros componentes volátiles, iniciando posteriormente su convergencia hacia la meta de política en la última mitad del año. De hecho, el BC estima que la inflación total terminará en un 3,0% el 2021 y que la subyacente llegará a un 2,6%, mientras que estima un 3,0% en el horizonte de política monetaria.
Sin perjuicio del benigno escenario esperado por el BC, el IPoM identifica un conjunto de factores de riesgo, destacando un posible deterioro adicional de la crisis sanitaria que derive en una acentuación de las restricciones. En todo caso, el BC reconoció que este efecto será menor que al comienzo de la pandemia, considerando el mayor grado de adaptación y al apoyo de las políticas públicas. Por otra parte, es posible que se materialice una menor velocidad de recuperación en el mercado laboral y en la inversión. Sin embargo, el BC notó que también existen escenarios en que el crecimiento de corto plazo podría superar lo previsto. A partir de lo anterior, el Consejo estimó que tanto la inflación como la actividad presentan un balance de riesgos equilibrado.
En relación con la política monetaria, y haciendo eco a la decisión de un día antes, el BC estima que es necesario mantener el impulso monetario actual por varios trimestres más, hasta que la recuperación de la economía se afiance y se vaya propagando a los sectores y componentes del gasto más rezagados.
Tras la retórica manifestada en el IPoM, el mercado adelantó sus expectativas para el inicio del ciclo de normalización monetaria, con implicancias alcistas sobre las tasas de interés y bajistas para el tipo de cambio. Cabe destacar que la creciente probabilidad de un tercer retiro de fondos previsionales tiene el potencial de acentuar dichas tendencias.
Sin embargo, seguimos pensando que es aún poco probable que el BC inicie este año el ciclo de ajuste monetario, considerando las condiciones frágiles del mercado laboral, la recuperación rezagada de muchas agrupaciones y la presencia de múltiples factores de riesgo, especialmente en el ámbito sanitario y político. Precisamente como consecuencia de esto último pensamos que la estimación de crecimiento presentada por el BC para este año es optimista.
La autoridad reguladora identificó a los bancos sistémicos en Chile para la aplicación de Basilea III.
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) informó que el Consejo aprobó a Santander, Banco de Chile, BancoEstado, Bci, Scotiabank e Itaú como bancos de importancia sistémica. Ello, en el marco de la implementación de los estándares de Basilea III. La CMF indicó que la identificación de bancos sistémicos y la determinación de exigencias adicionales aplicables se efectuará de forma anual, en base a la información que deberán reportar los propios bancos. Sin embargo, advirtió que, debido a los efectos de la crisis sanitaria, se decidió postergar la implementación de algunos de los estándares de Basilea en Chile. Así, los mayores requisitos de capital básico derivados de la primera identificación de bancos de importancia sistémica se aplazaron un año y podrán constituirse, gradualmente, desde diciembre de 2022 y hasta diciembre de 2025.
Hacienda informó que se emitió bonos sostenibles en los mercados internacionales por US$1.500 millones.
Dicha operación se enmarca en el plan de financiamiento para el año 2021 publicado en diciembre de 2020. Considerando esta emisión, Chile ha emitido un total de aproximadamente US$ 5.750 millones en bonos externos este año, cerca del monto total planificado a emitir en moneda externa durante el año 2021. La operación consistió en la emisión de nuevos bonos de Tesorería por US$1.500 millones denominados y pagaderos en dólares americanos con vencimiento en el año 2053. La demanda superó en 2,3 veces el monto ofrecido, mientras la tasa de colocación fue de un 3,5%, con un spread de 112pb sobre el bono del Tesoro americano.
El gobierno anunció acuerdo con Cansino por 1,8 millones de dosis.
Según lo acordado, las dosis de la vacuna de Cansino comenzarían a llegar en mayo. El gobierno señaló que el país ha recibido cerca de 13 millones de dosis y que espera la llegada de 15 millones adicionales para junio. En tanto, estima que hacia mediados de año se podría alcanzar la inmunidad de grupo.