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Los ataques en Ucrania se intensifican y las sanciones contra Rusia se acentúan. El deterioro de la crisis impacta a los mercados financieros.

Informes de prensa recientes indican que las fuerzas militares rusas parecen haberse tornado más violentas en sus ataques a la infraestructura en Ucrania, apreciándose un incremento en los ataques con misiles, afectando incluso a zonas residenciales. Tras la incursión rusa a Ucrania, occidente anunció varias rondas de sancionas en contra de la economía rusa que arrastrarán a la economía a una de sus peores recesiones de las últimas décadas. Entre las medidas se incluyen sanciones a individuos, corporaciones, se limita la capacidad de Rusia a levantar capital en los mercados financieros internacionales, se bloquean y congelan activos, incluyendo cerca de la mitad de las reservas del Banco Central de Rusia. Por su parte, Alemania suspendió la certificación del gasoducto Nord Stream 2, mientras que el fin de semana pasado se anunció un bloqueo selectivo a bancos rusos al sistema Swift de transacciones internacionales.

La economía mundial se expandiría menos en el 2022.

Si bien los efectos de la guerra en Ucrania sobre la actividad y los mercados financieros globales dependen de la duración y el alcance de dicha guerra, lo que no es posible predecir, asumiendo que el precio del petróleo fluctúa en torno a los US$ 120 por barril durante los próximos 3 meses y que luego converge gradualmente hacia US$ 85 a fines de año, estimamos un impacto negativo en la tasa de crecimiento mundial cercano a un punto porcentual. Dicho impacto podría verse incrementado en algunas décimas adicionales por los efectos asociados a la caída en los precios de los activos, la incertidumbre, la mayor inflación y las sanciones contra Rusia.

Si bien, el efecto antes descrito constituiría un impacto negativo significativo, su magnitud sería muy inferior a los efectos provocados por la pandemia y por la Crisis Subprime. En todo caso, es un proceso en desarrollo, por lo que, desgraciadamente, no se pueden descartar escenarios aún más negativos.