ECONOMÍA CHILENA
El desempeño de la economía superó nuevamente las expectativas. Sin embargo, seguimos pensando que el 2022 será un año plagado de grandes desafíos.
En septiembre, el IMACEC registró un crecimiento un crecimiento anual de 15,6%, cifra superior a nuestra estimación y a la del mercado. Ello dio cuenta del impacto expansivo asociado a la mayor apertura de la economía, las medidas de apoyo a los hogares, los retiros parciales de los fondos previsionales y por la menor base de comparación. En términos de niveles corregidos por factores estacionales, el IMACEC aumentó un 1,7% en relación con el mes previo, destacando el desempeño de los servicios, siendo ello consecuencia de las menores restricciones a la movilidad. A ello se sumó el aporte de la industria, reflejo de la reposición de inventarios y el dinamismo en la demanda interna, y del resto de bienes, dando cuenta probablemente de la mayor actividad del sector de la construcción. En contraste, la actividad minera sufrió una fuerte caída en septiembre producto de una baja ley del minera y paralizaciones por conflictos laborales. Con el dato puntual de septiembre, la economía habría cerrado el 3T21 con un crecimiento anual de 17,6%.
Gráfico N° 8: IMACEC
A partir de las cifras publicadas, estimamos un crecimiento de la economía de 11,8% para el 2021, lo que implica alzas anuales promedio de cerca de 13,0% en los últimos tres meses del año. Sin embargo, seguimos pensando que el 2022 será particularmente desafiante. Así, estimamos una expansión del PIB de sólo un 0,5%, en un contexto de deterioro en el entorno externo, condiciones financieras internacionales menos benignas y, a nivel interno, la seguidilla de medidas populistas y la alta incertidumbre política.
Gráfico N° 9: Actividad Económica – PIB
El Banco Central (BCC) advierte de los riesgos relevantes que enfrenta el sistema financiero.
El BCC publicó en la semana su informe de Estabilidad Financiera (IEF) correspondiente al segundo semestre del año, documento a través del cual comunica al mercado su evaluación respecto a los principales riesgos para la estabilidad financiera. En lo esencial, el BCC señala que el persistente impulso a la demanda local y cambios estructurales en el mercado de capitales, producto de las
liquidaciones forzosas de activos de inversionistas institucionales, han impactado significativamente los precios de activos, a lo que se ha unido el deterioro de las finanzas públicas y un aumento de la incertidumbre. Así, el aumento de las tasas de interés de largo plazo, la depreciación de la moneda y la caída del mercado accionario se situó en los extremos de los movimientos internacionales. En este contexto, el sector de empresas no financieras y hogares acumulan salidas de capitales en montos relevantes, mientras aumenta la preferencia por activos en dólares. De hecho, el BCC estima que la magnitud de salida de capitales es similar a la crisis financiera de 2009.
El BCC identifica como principal riesgo para la estabilidad financiera local la reiteración de liquidaciones forzosas de activos (retiros adicionales de fondos previsionales) que continúen erosionando la intermediación de recursos y la mayor incertidumbre que esto conlleva. Ello, según el BCC, limita la capacidad del sistema financiero, empresas y hogares, para soportar correcciones y/o eventos disruptivos.
De acuerdo con el IEF, los recientes cambios estructurales al mercado financiero local comprometen la intermediación de recursos, especialmente en plazos más largos, así como la capacidad de los bancos para proveer servicios de cobertura cambiaria. En el corto plazo esto ya se ha traducido en condiciones más restrictivas para los créditos de largo plazo para personas y empresas. El BCC indicó como ejemplo de lo anterior lo ocurrido en los créditos hipotecarios, donde los plazos y la proporción del pago al contado han retornado a los niveles observados 20 años atrás. Con todo, el BCC reconoce los mayores riesgos y vulnerabilidades, así como los menores mitigadores, notando que dichos cambios están concentrados en el mercado de capitales, a diferencia de lo informes previos en que los riesgos estaban centrados en el sistema bancario.
El Informe de Percepción de Negocios del BCC confirma que, si bien la situación de corto plazo se sigue viendo favorables, la de mediano y largo plazo es altamente incierta.
De acuerdo con dicho documento, la mayoría de las empresas consultadas señala que el desempeño de sus negocios se mantuvo respecto de mediados de año y se encuentra mejor respecto a un año atrás. En tanto, la demanda ha continuado subiendo, mientras que los precios de venta y los costos se han incrementado. Hacia delante, las perspectivas para el próximo año se han moderado, en parte como consecuencia de la mayor incertidumbre en múltiples dimensiones. En primer lugar, respecto al desempeño de la demanda una vez que se disipe el impuso de las medidas de apoyo a los hogares, a lo que se suma el aumento en los costos y los problemas de abastecimiento de insumos. Además, el informe muestra una importante preocupación en torno a la evolución del debate político y legislativo. Frente a ello, las firmas han revisado a la baja sus planes de inversión para el 2022, en un contexto en que las condiciones financieras se han deteriorado.
Gráfico N° 10: Informe de Percepción de Negocios
A pesar de las generalizadas advertencias por los daños al mercado financiero y la evidencia contundente, el proyecto del cuarto retiro sigue avanzando.
Los comités del Senado acordaron votar en general el martes 9 de noviembre el proyecto de cuarto retiro de fondos previsionales. En tanto, trascendió que, en el Senado, los parlamentarios de oposición se encuentran negociando una serie de ajustes, los que aparentemente incluirían un retiro con impuestos, en cuotas y sin incluir el adelanto de rentas vitalicias. En todo caso, aún no hay claridad si los votos están para la aprobación del cuarto retiro.